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Foto del escritorDayana Oliveros de Cohen

EL VENEZOLANO INMIGRANTE: CUATRO REFLEXIONES


Venezuela vive tiempos de cambios, de eso ni hay que hablar. Hay un éxodo de venezolanos movilizándose todos los días al aeropuerto internacional, y esa realidad ya no se puede esconder.

Las razones también son obvias, queremos mejorar nuestra calidad de vida, mejorar nuestros ingresos, vivir en seguridad y crear el “sueño venezolano“ en tierras extranjeras. Digo venezolano, porque es la versión a la venezolana del sueño americano, sólo que en términos petroleros pero en otro país. Algo así, ¿ustedes me entienden no?

Para mí, la migración del venezolano es realmente complicada. Especialmente en las generaciones que van de los 50 años para atrás, y menciono esta edad y voy hacia atrás, porque de 50 en adelante muchos son extranjeros que también les tocó migrar de tierras lejanas y crear la Venezuela de hace unos 15 años atrás, o más. Pero como en esta vida todo cambia, y el cambio es una constante, a esta generación y en estos tiempos nos tocó endurecer el corazón y mirar por la ventana a ver que otros países están ofreciendo oportunidades interesantes de vida, en donde podamos rehacer la nuestra.

En mi opinión, y hago hincapié en esto, es mera opinión de lo que observo, escucho y hago juicio, saco conclusiones, llámalo como quieras, es que es entendible lo difícil de la migración (Venezuela no era un país para migrar) pero hay ciertas críticas constructivas que creo conveniente hacer, especialmente por un alto porcentaje de casos de “buena educación“ (nótese que hay ironía) que se han suscitado en tierras ajenas, y que lamentablemente hay un venezolano involucrado, trayendo como consecuencia en muchas ocasiones el repele de parte de nuestros anfitriones.

  1. SIN REPROCHES. EL PAÍS QUE TE DA ALOJAMIENTO, NO ES VENEZUELA: Esto es fundamental que se interiorice, especialmente si migramos hacia países latinos que comparten características sociales y culturales similares a Venezuela. Tendemos a confundirnos, pero recuerden que cada tierra tiene su particularidad. La realidad es que ya no estamos en nuestra amada patria y si te recuerdas, hubo una razón importante por la que te fuiste. Hay que aceptarlo si queremos vivir en paz y arrancar de nuevo desde cero, te toca adaptarte a una nueva sociedad con sus reglas y convivir con eso.

  2. EL PAÍS ANFITRIÓN DEBE SENTIR NUESTRO APORTE POSITIVO: miren, es muy sencillo, por la caridad entra la peste. Los países nos abren las puertas pero ningún país quiere las vivezas criollas de los venezolanos mala conducta. Aquí quiero aclarar que no estoy generalizando, pero tenemos que reconocer que la gran mayoría de los venezolanos que se han ido del país están hartos de las vivezas criollas y las trampas, y tienen un profundo deseo de vivir en una sociedad en donde haya una justicia medianamente decente, pero también hay venezolanos “más pilas de lo normal“ y es ese individuo que agotó todos los recursos, que se aprovechó de mil y un situaciones o “chanchullos“ en Venezuela, que se le terminó el chorro y decidió migrar para mejorar su “calidad de vida“, a costa de las mismas atrocidades que hacía en Venezuela, (y no me refiero a gente del gobierno). Por favor, aprendamos de los errores. Aquí se entiende el punto uno, YA NO ESTAMOS EN VENEZUELA, no es nuestra tierra y no estamos siendo buenos huéspedes. Robar, estafar, engañar, etc., no aporta nada positivo y daña la imagen de todos tus compatriotas.

  3. “LOS EXTRANJEROS DE OTROS PAÍSES LO HACEN Y SE COMPORTAN PEOR“: pero tú eres venezolano, y te fuiste porque anhelas un CAMBIO. Cambiar significa realizar acciones diferentes a las que estábamos acostumbrados en nuestra zona de confort, es decir, en Venezuela. Tú al igual que yo, te fuiste con mucho dolor del país que amas y amarás para siempre. Internaliza eso y no te copies del mal ejemplo del otro. Es TU NOMBRE Y TU NACIONALIDAD las que están involucradas y hay que promover el buen ejemplo. Una vez que sales de Venezuela, es tu obligación dejar en alto el nombre del país, enseñarle al mundo que los venezolanos somos personas dignas de estar en su tierra y que tenemos todas las ganas de aportarles nuestra energía, inteligencia y deseo de aprender más.

  4. APOYA A TU HERMANO VENEZOLANO: este punto es clave, y es con el que quiero finalizar esta reflexión. El venezolano es un ser humano cálido, con un gran corazón y lleno de amor para dar. No nos olvidemos de aquél que tiene más tiempo fuera y nos tiende una mano para arrancar, aquél que nos abre su casa y nos prepara una arepa con sabor a la casa de tu mamá. Aquél que te invita los domingos a la parrilla para que no te pegue tanto la distancia y la soledad. Retribúyele esa caricia igual o hasta mejor. Y para aquél que tiene mucho más tiempo en tierras lejanas, no te olvides de tu hermano recién llegado que necesita de tu apoyo: hay muchas maneras de ayudarlo a arrancar. Necesitamos estar más unidos ahora que estamos afuera, aprovechemos esta coyuntura social, que está pasando por una razón, para fortalecer nuestra hermandad, para defendernos y para ser una muralla imbatible que pueda algún día regresar más fuerte que nunca y sacar adelante a nuestra amada patria.

Los que nos fuimos de Venezuela, la amamos profundamente, y la oportunidad en el exterior es para fortalecernos, crecer como seres humanos, aprender de nuestros errores, cambiar, creer en nosotros, aprender a mirar el mundo y sus dolencias de otra forma, demostrarnos que somos capaces de hacer muchas cosas y que todas esas experiencias que estamos recolectando día tras día fuera de nuestra patria, son para meterlas en un conteiner que algún día retornará a Venezuela cargado de enseñanzas que harán de nuestro país el que tanto anhelamos.


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