No siempre tenemos claros lo que queremos ser. Esto no es negativo y es parte de un proceso de conocimiento y aprendizaje. La vida no es estática, está en constante movimiento y va cambiando a medida que vamos creciendo. La razón de tener una idea de lo que queremos hacer con nuestra vida, es para llegar a cierta edad en donde podamos sentir una satisfacción personal de todas las acciones que hemos venido realizando desde el momento en que decidimos que queríamos ser “algo“.
- Cuando decidimos que vamos a estudiar y lo hacemos para complacer a alguien más, terminamos con una sensación de frustración en donde nos damos cuenta que nuestro tiempo fue empleado en algo que no nos gustaba.
- Pregúntate siempre ¿por qué quiero hacer esto?, ¿me hace feliz?, ¿me genera una emoción y una energía inexplicable que no dudo en levantarme de la cama para comerme al mundo? O por el contrario, ¿siento que empezar un nuevo día es una carga?
- Los planes de vida, pueden cambiar, no son estáticos pero saber hacia dónde vas, te ayuda a que si te desvías, puedas volver.
Hace poco estuve cargada con una crisis existencial. Entiéndase crisis, un episodio que me generaba tanta ansiedad, en la que necesitaba tomar amplias bocanadas de aire para intentar no ahogarme, porque ni respiración tenía. Es una sensación espantosa, en donde todo a tu alrededor se nubla, tu mente deja de funcionar y empiezas a entrar en un estado de pánico por no saber qué hacer para solucionar. La simple idea de no generar pensamientos que te saquen de esa situación es bastante estresante que te vas hundiendo poco a poco, como si en arenas movedizas te encontraras.
Empecé a respirar lo más que pude, boté algunas lágrimas y poco a poco fui soltando. Mi cerebro llegó a darme una respuesta bastante acertada que me ayudó a empezar a controlar: meditación. De la cual escribiré más adelante como una herramienta súper poderosa que todos podemos aplicar para ayudar a calmar nuestra mente y centrarnos, así como también los múltiples beneficios que ofrece.
¿Te ha pasado que te has levantado y no sabes qué vas a hacer con tu día? ¡A todos! Y no es algo por lo que haya que sentir vergüenza, pero si hay que estar muy pendiente de estos episodios. Podemos decir que hay momentos en la vida en los que “no hacer nada“ también es positivo, porque puede significar una respuesta de nuestro cuerpo y nuestra mente que necesitan un descanso. Un momento de paz y tranquilidad.
El problema surge realmente cuando estos días se convierten cada vez más frecuentes, y puede ser que tengamos muchas cosas a nuestra mano en las que nos sintamos sumamente cómodas: una casa, comida, quién nos haga la limpieza de nuestras cosas, cero cuentas que pagar o por las cuales preocuparse, en fin; (también está el caso de las chicas menos afortunadas que se apresuran en hacer cosas de adultas, como convertirse en madres a destiempo para no ser cargas económicas en sus familias) pareciera ser la vida perfecta, sin embargo, prende tus alarmas de atención porque puede ser que te esté faltando un ingrediente importante que hace que todo tenga sentido en muchos aspectos: un plan de vida.
Definiendo “plan de vida“ como el conjunto de actividades que creamos y realizamos durante el tiempo que nos permitan alcanzar un estado pleno de felicidad, y satisfacción con lo que somos y lo que hemos logrado en la vida. Te sorprendería saber que existe un alto porcentaje de personas, incluyendo mamás de 30 años en adelante, así como tú y como yo, que todavía no tienen uno.
No siempre tenemos claros lo que queremos ser. Esto no es negativo y es parte de un proceso de auto-conocimiento y aprendizaje. La vida no es estática, está en constante movimiento y va cambiando a medida que vamos creciendo. La razón de tener una idea de lo que queremos hacer con nuestra vida, es para llegar a cierta edad en donde podamos sentir una satisfacción personal de todas las acciones que hemos venido realizando desde el momento en que decidimos que queríamos ser “algo“.
Para darte un ejemplo, muchas personas piensan que el simple hecho de terminar una carrera universitaria, ya es cumplir con algo, o alguien que no eres tú. Recuerda no engañarte a ti misma, al final complacer a los demás solamente es darles el control sobre una situación en la que tú debes ser la que manda, puesto que es eso, nada más y menos que tu vida. Estudiar una carrera es importante, terminarla, pero es uno de los pasos de tener un plan de vida. No es el plan completo en sí. ¿Por qué es importante? Porque muchas veces terminamos nuestra carrera y quedamos en cero, no sabemos por donde empezar, conseguir trabajo por no tener experiencia se hace difícil, y la depresión de no estar trabajando o haciendo lo que de verdad queremos nos genera sensación de vacío y desoriento. Este plan que crees, con tu imaginación, te permite tomar caminos que te nutran y te enseñen, que te permitan recolectar experiencia, saber a donde tienes que ir y cuál es el norte que debes tomar.
Pregúntate siempre ¿por qué quiero hacer esto?, ¿me hace feliz?, ¿me genera una emoción y una energía inexplicable que no dudo en levantarme de la cama para comerme al mundo? O por el contrario, ¿siento que empezar un nuevo día es una carga?
Crear tu plan de vida, le da sentido a todas las actividades que realizas, es saber que tienes un propósito, la gasolina para andar, y aunque tengas un día en donde decidas apagar la luz y descansar, o tomar unas vacaciones para hacer algo diferente que te oxigene la mente, saber que gracias a tu plan de vida tienes garantizado volver al camino que te llevará al éxito, a tú éxito. Ese que alcanzas cuando te sientes realizada por todas las cosas que has hecho.
Avísame si te gustaría que haga ALGO ESPECIAL con este tema. Es uno de los que más me apasiona hablar...
Como siempre leo y quedo pendiente de tus comentarios, ¿te identificas con este post?
Commentaires